Estimados Feligreses de La Iglesia de la Inmaculada Concepción
¡Somos tan bendecidos! Aquí en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, muchos de nosotros como inmigrantes hemos encontrado un hogar fuera de nuestro hogar. Allí celebramos la presencia de Dios en nuestras vidas a través de los sacramentos. Somos alimentados y luego enviados a continuar la misión de Jesús: a predicar y a enseñar, a sanar y traer esperanza, apoyándonos los unos a los otros, buscando a los perdidos y trayendo una sanación y esperanza a los enfermos. No lo hacemos como personas aisladas, sino como la Iglesia de la Inmaculada Concepción, aquí en Durham. Ustedes son, de verdad los pies y manos de Cristo en el mundo de hoy que se extienden a los demás con amor, caridad y compasión. Estoy agradecido y honrado de ver a tantos de ustedes dedican una cantidad significativa de su tiempo, talento y tesoro para servir a nuestra parroquia.
Hace veinte años, la Iglesia de la Inmaculada Concepción ha abierto su corazón y sus puertas a la comunidad de habla hispana. La parroquia se ha convertido en un hogar spiritual para miles de inmigrantes de diferentes países. Para responder a las necesidades del crecimiento de la comunidad, hemos agregado la tercera Misa dominical en español. La comunidad Latina ahora constituye el 60% de nuestra parroquia intercultural. Somos bendecidos con la diversidad.
El año pasado, 241 niños fueron bautizados en nuestra casa parroquial: Inmaculada Concepción; 710 niños asistieron a la Catequesis del Buen Pastor; 147 niños fueron preparados para la Primera Comunión; y 55 fueron preparados para la Confirmación; 67 adultos recibieron los Sacramentos del Bautismo, Eucaristía y Confirmación en la Vigilia Pascual y 59 parejas fueron preparadas para el matrimonio. Este año, tenemos 70 niños que provienen de familias hispanas, que asisten a nuestra escuela parroquial.
Estoy orgulloso de que tengamos más de 50 diferentes grupos de ministerios en nuestra parroquia. Les agradezco a todos ustedes – a los que preparan pupusas y tacos para la venta de comida los Domingos, a los que ofrecen su tiempo para ayudar a mantener los terrenos de nuestra parroquia limpia y hermosa. A los que ayudan con la pintura en la parroquia y a los que ayudan a poner el enorme árbol de Navidad en el espacio de bienvenida. Por favor, sepa que sus esfuerzos son apreciados.
Sus contribuciones financieras a la Iglesia de la Inmaculada Concepción ayudan a mantener las luces encendidas y mantener los edificios de la Iglesia y la oficina parroquial. El dinero que usted contribuye a la colecta dominical también nos permite tener un personal parroquial talentoso y muy dedicado.
El mantenimiento y las reparaciones de las instalaciones de nuestro edificio son costosas. El año pasado entre la escuela y la parroquia, gastamos $469,000 en reparaciones y mantenimiento. Aun así, el techo de nuestra Iglesia gotea cuando llueve. Después de 20 años de uso constante, la alfombra en la casa de Dios esta vieja y sucia – ya necesita ser reemplazada. Todo esto será un gasto bastante grande.
Mis hermanos y hermanas, durante esta Renovación anual de la corresponsabilidad y de su compromiso financiero, tómense un tiempo para reflexionar en oración sobre como Dios los ha bendecido y sobre lo que usted puede contribuir a nuestra comunidad parroquial este año que viene. Entiendo que la alta inflación y el aumento en el costo de vida pueden significar que algunos de ustedes, que luchan por mantener a flote a sus familias, no puedan aumentar sus contribuciones financieras – está bien- lo entendemos. Sin embargo, es probable que algunos estén bastante bien económicamente y son capaces de dar más para apoyar la vida y la misión de nuestra Iglesia local. En ambos casos, es un compromiso de fe entre usted y Dios. Que el Espíritu Santo llene su corazón de gratitud, mientras que usted decida en su corazón cual será su adecuado compromiso financiero, como discípulo de Jesús, en apoyo de su familia parroquial de Inmaculada Concepción, de su vida y misión. Que Dios los bendiga.
¡Somos tan bendecidos! Aquí en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, muchos de nosotros como inmigrantes hemos encontrado un hogar fuera de nuestro hogar. Allí celebramos la presencia de Dios en nuestras vidas a través de los sacramentos. Somos alimentados y luego enviados a continuar la misión de Jesús: a predicar y a enseñar, a sanar y traer esperanza, apoyándonos los unos a los otros, buscando a los perdidos y trayendo una sanación y esperanza a los enfermos. No lo hacemos como personas aisladas, sino como la Iglesia de la Inmaculada Concepción, aquí en Durham. Ustedes son, de verdad los pies y manos de Cristo en el mundo de hoy que se extienden a los demás con amor, caridad y compasión. Estoy agradecido y honrado de ver a tantos de ustedes dedican una cantidad significativa de su tiempo, talento y tesoro para servir a nuestra parroquia.
Hace veinte años, la Iglesia de la Inmaculada Concepción ha abierto su corazón y sus puertas a la comunidad de habla hispana. La parroquia se ha convertido en un hogar spiritual para miles de inmigrantes de diferentes países. Para responder a las necesidades del crecimiento de la comunidad, hemos agregado la tercera Misa dominical en español. La comunidad Latina ahora constituye el 60% de nuestra parroquia intercultural. Somos bendecidos con la diversidad.
El año pasado, 241 niños fueron bautizados en nuestra casa parroquial: Inmaculada Concepción; 710 niños asistieron a la Catequesis del Buen Pastor; 147 niños fueron preparados para la Primera Comunión; y 55 fueron preparados para la Confirmación; 67 adultos recibieron los Sacramentos del Bautismo, Eucaristía y Confirmación en la Vigilia Pascual y 59 parejas fueron preparadas para el matrimonio. Este año, tenemos 70 niños que provienen de familias hispanas, que asisten a nuestra escuela parroquial.
Estoy orgulloso de que tengamos más de 50 diferentes grupos de ministerios en nuestra parroquia. Les agradezco a todos ustedes – a los que preparan pupusas y tacos para la venta de comida los Domingos, a los que ofrecen su tiempo para ayudar a mantener los terrenos de nuestra parroquia limpia y hermosa. A los que ayudan con la pintura en la parroquia y a los que ayudan a poner el enorme árbol de Navidad en el espacio de bienvenida. Por favor, sepa que sus esfuerzos son apreciados.
Sus contribuciones financieras a la Iglesia de la Inmaculada Concepción ayudan a mantener las luces encendidas y mantener los edificios de la Iglesia y la oficina parroquial. El dinero que usted contribuye a la colecta dominical también nos permite tener un personal parroquial talentoso y muy dedicado.
El mantenimiento y las reparaciones de las instalaciones de nuestro edificio son costosas. El año pasado entre la escuela y la parroquia, gastamos $469,000 en reparaciones y mantenimiento. Aun así, el techo de nuestra Iglesia gotea cuando llueve. Después de 20 años de uso constante, la alfombra en la casa de Dios esta vieja y sucia – ya necesita ser reemplazada. Todo esto será un gasto bastante grande.
Mis hermanos y hermanas, durante esta Renovación anual de la corresponsabilidad y de su compromiso financiero, tómense un tiempo para reflexionar en oración sobre como Dios los ha bendecido y sobre lo que usted puede contribuir a nuestra comunidad parroquial este año que viene. Entiendo que la alta inflación y el aumento en el costo de vida pueden significar que algunos de ustedes, que luchan por mantener a flote a sus familias, no puedan aumentar sus contribuciones financieras – está bien- lo entendemos. Sin embargo, es probable que algunos estén bastante bien económicamente y son capaces de dar más para apoyar la vida y la misión de nuestra Iglesia local. En ambos casos, es un compromiso de fe entre usted y Dios. Que el Espíritu Santo llene su corazón de gratitud, mientras que usted decida en su corazón cual será su adecuado compromiso financiero, como discípulo de Jesús, en apoyo de su familia parroquial de Inmaculada Concepción, de su vida y misión. Que Dios los bendiga.